Hace unas semanas las escandalosas declaraciones del exmagistrado Eladio Aponte Aponte dejaron estupefactos a los televidentes de Globovisión y SoiTV ante las revelaciones de la total degradación de la administración de justicia en Venezuela. Según Aponte ésta es manejada desde los cónclaves de los viernes en la Vicepresidencia de la República, y con el pleno conocimiento del Presidente de la República.
Tomado de "Todos Unidos por Venezuela"
¡Qué no se callen las voces!
Publicado el 12 mayo, 2012 por Todos Unidos por Venezuela
VenEconomia
Hace unas semanas las escandalosas declaraciones del exmagistrado Eladio Aponte Aponte dejaron estupefactos a los televidentes de Globovisión y SoiTV ante las revelaciones de la total degradación de la administración de justicia en Venezuela. Según Aponte ésta es manejada desde los cónclaves de los viernes en la Vicepresidencia de la República, y con el pleno conocimiento del Presidente de la República.
Este miércoles 9 de mayo SoiTV trasmitió las declaraciones de Luis Velásquez Alvaray, otro exmagistrado caído en desgracia con el chavismo y también en el exilio por las acusaciones de corrupción. Las declaraciones de Velásquez no sólo corroboran las de Aponte Aponte, sino que revelan que la situación de la injusticia es aún peor. Por ello sorprende la poca cobertura informativa de los medios de comunicación independientes en Venezuela, incluyendo esta vez inexplicablemente a Globovisión.
No es momento de entrar en consideraciones de las ineludibles e inexcusables responsabilidades de estos dos magistrados por sus inmorales conductas que avalaron, permitieron, ejecutaron esos delitos y que disfrutaron las mieles de esa situación.
Las revelaciones en la voz de dos de los protagonistas de la justicia del terror corroboran ante la opinión pública nacional e internacional, hechos tantas veces denunciados por las víctimas, medios de comunicación independientes y las ONG de derechos humanos del país.
Peor aún, estos testimonios dejan cortas las afirmaciones de que este es un régimen dictatorial y llevan a confirmar que es un gobierno corrupto, hampón y forajido, que tiene una larga lista de inocentes asesinados, en prisión casi perpetua, o en el exilio. Es larga la lista de familias destruidas: López, Guevara, Simonovis, Vivas, Forero, Arube, Hurtado, Sánchez, Molina, y Rovaín, son apenas una decena de las miles afectadas.
Más grave aún, si ello es posible, es que las revelaciones de Velásquez Alvaray involucran en gravísimos delitos universales a todos los estamentos de gobierno de Venezuela, desde los cuerpos militares y policiales, representantes del Ejecutivo Nacional, del Tribunal Supremo de Justicia e, incluso, del Poder Electoral. El país habría sido así convertido en un gran cartel, mientras se agobia a la ciudadanía con leyes punitivas a granel, con terror ante la delincuencia desbordada, y con una paupérrima situación socioeconómica, que sólo permite pensar en subsistir.
Lo trágico de esto es que corrobora además la indefensión del país para reclamar y exigir que se restituya el Estado de Derecho y Justicia en Venezuela. No hay instancias ni instituciones a las cuales se pueda recurrir con garantías de obtener como mínimo la intención de abrir investigaciones independientes y objetivas.
No obstante, aún a sabiendas de que caerán en saco roto es impostergable el deber de la Unidad Democrática y su candidato Henrique Capriles Radonski, los gobernadores de Estado y los diputados electos por esa alianza democrática de expresar su rechazo contundente y exigir las averiguaciones del caso por noticia in criminis.
Si bien es previsible la respuesta que darán el Poder Judicial y la mayoría parlamentaria del chavismo a esa petición de justicia, quedaría para la historia de un futuro cercano constancia de que sus voces no fueron silenciadas por enanos, soles, sirios-libaneses, drogas y botas
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